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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Juvenil de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) La silueta del quebrantahuesos volando frente a los imponentes paredones de cualquier apartado rincón de los Pirineos sigue siendo una de las más impresionantes imágenes de la naturaleza española. Ave adaptada a vivir en los más duros ambientes de montaña y dotada de excelentes aptitudes para el vuelo, el quebrantahuesos es, además, un especialista en toda regla, ya que se constituye en el último eslabón en el aprovechamiento de las carroñas, de las que consume sobre todo los tendones y huesos, que fragmenta dejándolos caer desde gran altura sobre las rocas. Descripción y Clasificación Orden Falconiformes; familia Accipitridae Longitud 100-120 cm Envergadura 240-290 cm Identificación El quebrantahuesos es un ave inconfundible y de gran tamaño, que puede sobrepasar los 2,80 metros de envergadura, lo que lo convierte en una de las rapaces más grandes de la fauna europea. Los ejemplares adultos se caracterizan por presentar las plumas de la cabeza de color blanquecino o ligeramente cremoso, formando una especie de corona desflecada en la zona de la nuca. En la cara del ave llama poderosamente la atención una banda oscura que, a modo de antifaz, arranca del ojo —de iris amarillo y con una conspicua esclerótica roja— y continúa hacia la base del pico, donde finalmente aparece rematada por una hirsuta barba (dibujo 1). En ocasiones ostenta una mancha auricular negra y un collar de plumas del mismo color, que puede resultar muy evidente o, por el contrario, estar prácticamente ausente. Las regiones dorsales del adulto son de un intenso gris pizarroso, aunque finamente surcadas por líneas blancas, en tanto que las ventrales exhiben una coloración anaranjada de diferente intensidad según los ejemplares. Al parecer, dicha tonalidad se adquiere por tinción de las plumas con óxidos de hierro debido al contacto del ave con las rocas. Los individuos que acaban de abandonar el nido, por su parte, lucen una librea mucho más homogénea, dominada por los tonos pardos muy oscuros —particularmente en la cabeza—, tanto en el dorso como en las regiones ventrales, si bien estas últimas resultan algo más claras (dibujo 2). A lo largo de sucesivas mudas, los jóvenes quebrantahuesos irán pasando por plumajes de transición hasta que alcancen la vistosa librea del adulto a la edad de ocho años. En vuelo, el quebrantahuesos (cuyo acertado nombre científico viene a significar “buitre-águila con barbas”) presenta una silueta muy longilínea, con las alas largas y relativamente estrechas (algo más anchas en los ejemplares juveniles) y una cola muy larga, en forma de cuña, que le permiten un vuelo extremadamente ágil y maniobrero, además de un perfecto control sobre las cambiantes condiciones atmosféricas de los ambientes donde vive (dibujo 3). Canto Generalmente es silencioso, pero durante la parada nupcial emite silbidos alargados y penetrantes. Meses en los que se puede ver la especie

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