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domingo, 19 de octubre de 2014

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla


Curruca capirotada (Sylvia atricapilla

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla

En España En España se localizan 4 subespecies distintas de Sylvia atricapilla. La nominal, S. atricapilla atricapilla, que se encuentra ampliamente extendida por toda la mitad norte peninsular a excepción de los espacios desforestados que se hallan en las diferentes zonas de la submeseta norte, Valle del Ebro y en los páramos ibéricos. Otra subespecie, S. atricapilla heineken, se distribuye por la mitad sur de la Península Ibérica e Islas Canarias, localizándose de manera más fragmentada en puntos específicos y locales, con una población en mayor o menor medida continuada a lo largo de toda Sierra Morena y Sistema Bético, aunque no está presente en el Valle del Guadalquivir así como en una amplia franja que se expande desde Cáceres, La Mancha y Albacete, continuando hasta las costas levantinas. La subespecie S. atricapilla pauluccii, se distribuye por las Islas Baleares (donde aparecen las poblaciones más occidentales), siendo menos frecuente en Ibiza y Formentera. También se localiza esta subespecie en Canarias, criando en todas sus islas, sobre todo en zonas bien forestadas con árboles desarrollados y sotobosque, en el borde inferior de la laurisilva. Se cree que cría en Ceuta y Melilla. Según el atlas nacional de Purroy (1997), se encuentra también en Sierra Morena y en el Sistema Bético. Por último, la subespecie S. atricapilla obscura, que es endémica de Canarias. Hábitat Es una especie forestal que cría en terrenos arbolados, umbríos y con denso sotobosque, aunque también pueden hacerlo en parques y jardines con abundante maleza, ya que siempre van de copa en copa, de mata en mata, e inquietamente de rama en rama. Ejemplos donde estas currucas se desarrollan son los robledales, fresnedas y otras formaciones de planifolios. También habitan bosques de coníferas, quejigares y bosques mixtos, monte bravío, huertos de frutales y también olivares. Evitan zonas muy secas por ello son frecuentes en la vegetación de riberas, junto a los arroyos, donde los índices de humedad son mayores y donde los árboles se presentan más desarrollados. Cuando las ciudades ofrecen mayor cantidad de alimento, o por motivos climáticos, etc., recurren a estas, pasando desapercibidas por ser desconfiadas y a la vez activas. Altitudinalmente esta especie ocupa rangos muy dispares, desde el nivel del mar hasta los 1.500 m (en Tenerife), incluso 1.700 m en Pirineos centrales o los 1.800 en el Sistema Central y 1.850 m en las Cordilleras Béticas

1 comentario:

Germán Ibarra Zorrilla dijo...

Muy buenas y las del moscón de super lujo. Saludos desde Cantabria.