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lunes, 20 de febrero de 2012

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita Alpino Anthus spinoletta El Bisbita Alpino Anthus spinoletta habita en altos niveles de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos donde es muy numerosa y alcanza menor densidad en montañas del centro y sur de Iberia. En plumaje primaveral tiene la espalda y dorso de las alas de color gris ligeramente parduzco, formando las plumas escapulares como unas pequeñas y simétricas manchas cuadradas muy características. La cola es larga y las rectrices externas muy blancas. Sobre los ojos tiene una ancha lista blanca muy marcada que llega casi hasta la nuca. Las partes inferiores son blancas en la garganta y parte superior del pecho. En el resto hay en primavera un ligero matiz rosado amarillento que solamente se aprecia teniendo el pájaro muy cerca o en la mano. En los ejemplares estudiados en diversos lugares de la Cordillera Cantábrica hay variaciones muy ligeras en unas manchitas pardas e incluso rayas que se adivinan en el pecho y flancos. Las patas son largas y oscuras. En el otoño e invierno las partes inferiores están variablemente listadas de pardo. El Bisbita Alpino es uno de los pájaros más inquietos y ruidosos que pueblan las altas cumbres de Iberia. De aspecto grácil y siempre alarmada, camina con paso rápido y erguida, moviendo incesantemente la cola y notándose bien su largo pico ligeramente más corto que el de la Bisbita Campestre Anthus campestris. Se posa con frecuencia sobre rocas que sobresalen en los prados de montaña, al borde de caminos, en arbustos y menos en árboles diseminados, en especial durante la época de la cría. Vuela con rapidez y directamente y en primavera es especialmente llamativo su vuelo de canto que efectúa lanzándose desde un posadero para volver a él, aleteando enérgicamente o más a menudo atravesando un pequeño valle entre montañas de lado a lado sin parar de cantar. Voz muy sostenida y agradable que se oye a veces inesperadamente cuando todo es silencio en la montaña. Su nota de llamada que emite en todo tiempo, pero sobre todo al iniciar el vuelo desde el suelo durante el otoño e invierno es un ¡¡tsiip!! más chirriante que el de otras bisbitas comunes en Iberia El canto es también emitido desde posadero y lo hace con insistencia pareciéndose algo al de otras bisbitas y se ha dado en decir que es intermedio entre el Bisbita Arbóreo Anthus trivialis y el Bisbita Pratense Anthus pratensis, pero parece que es más agradable, menos monótono y sobre todo más sostenido cuando lo emite en vuelo. Con frecuencia cantan varios pájaros a la vez y el coro que forman es de lo más agradable que se puede escuchar en la montaña. Anida en el suelo, en el borde de un prado, junto a una roca o la ribera de un arroyo, en rocas salientes de una pared, en agujeros de cortados rocosos, en declives con piedras y vegetación y en campiñas de montaña a nivel medio no inferior a 1.000 metros. La hembra construye la mayor parte del nido con hierba seca, musgo, tallos secos, bien forrado por dentro de hierba fina y pelos o crines. Ponen entre 4-5 huevos muy punteados de pardo y gris. Jourdain y Rey para 100 huevos medidos obtuvieron un promedio de 21,3 x 15,5 mm. con un máximo de 24 x 15,2 mm. y un mínimo de 19,3 x 14,9 mm. Las primeras puestas pueden encontrarse ya en la segunda decena de mayo cuando todavía hay mucha nieve en los alrededores de la zona que las bisbitas ocupan. Mientras los machos cantan continuamente, las hembras incuban durante 14 días. Los pollos al nacer tienen partes del cuerpo cubiertas de plumón pardo grisáceo y la boca es roja en su interior y amarillo pálido en las comisuras. No hay puntos oscuros en la lengua. Ambos adultos los atienden y pronto salen del nido, normalmente a los 10 días, pero son incapaces de volar y se ocultan entre la hierba y bajo las plantas donde los padres los alimentan continuamente. En esta época las bisbitas son extraordinariamente ruidosas y alarmistas, permaneciendo incansables durante horas con el cebo en el pico, anzando su nota de alarma, si advierten la presencia de cualquier intruso. Dos crías son normales en la Cordillera Cantábrica y sin luda en el resto de Iberia. El Bisbita Alpino es la única de las tres subespecies que se han considerado para Anthus spinoletta, que se reproduce en la Peninsula Ibérica. En el resto de Europa cría en zonas montañosas del Sudeste y centro de Francia, los Alpes, Apeninos en Italia, islas de Córcega y Cerdeña, los Balcanes, sur de Polonia y Alemania. En el otoño e invierno desciende de nivel y la población ibérica vaga por costas y riberas, aunque un exiguo anillamiento no ha descubierto los movimientos ni las distancias exactas que recorren nuestras bisbitas. Los estudios realizados en los Alpes Suizos han podido determinar dispersiones en todas direcciones pero con preferencia hacia el Sudoeste y Sudeste. Una anillada en el Col de Bretolet (Suiza) en octubre de 1963 fue capturada en Avilés (Asturias) en enero de 1965 a 1.000 km. al Oeste-Sudoeste. Otra anillada en La Tour du Valat, Sudeste de Francia, en octubre de 1950 fue recuperada dos meses y medio más tarde en Gerona. Posiblemente algunas de nuestras bisbitas efectúen desplazamientos fuera de la Península para regresar a sus montañas de cría en marzo o abril, pero las 187 Anthus spinoletta anilladas hasta 1972 en Iberia son pocas aún para poder esperar recuperaciones significativas. La subespecie petrosus es visitante habitual en no pequeño número de las costas cantábricas donde se observa con frecuencia a partir de noviembre. En toda la costa asturiana y también en la gallega, en playas y arenales son muchas las que se ven. También en Portugal hay observaciones en los arenales cercanos a Viana do Castelo y en otras playas más meridionales. Bernis (1971) recoge las antiguas de Irby para Gibraltar y de Favier en Tánger. Owen, Snow y Moreau (1955) identificaron ejemplares aislados de esta bisbita en las islas Sisargas (La Coruña) y en Ribadesella, (Asturias) en octubre, una fecha aún temprana para verla en abundancia. La subespecie littoralis del norte de Europa llega a las costas del Norte de Iberia en número regular todos los otoños y probablemente algunas pasan con dirección al Sur de la Peninsula. Su aparición parece más temprana que la de la subespecie anterior. Una anillada al paso en la isla de Oland (Suecia) en agosto, fue recuperada en Gijón el 29 de octubre siguiente y otra del mismo origen, en Beira Litoral (Portugal), en diciembre del siguiente año. Cabe pensar que la Península Ibérica representa un buen cuartel de invernada para estas bisbitas que incluso deben llegar al norte de Africa. No faltan allí algunas observaciones.

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